El mandala que me acompaña esta semana pertenece al libro Mandalas para cultivar el amor, y se llama “Liberar el corazón”.
El mensaje que lleva es el siguiente:
“Nuestros miedos con frecuencia limitan nuestro potencial de amar, nuestras creencias y nuestros planes. Esas limitaciones encadenan el corazón y hacen de algún modo que expresemos el amor en pequeñas dosis, con reservas y sin grandes ilusiones. Vivir asi es vivir a media potencia, es amar con miedo a perder, es amar a condición de ser amado, es, finalmente, amar de manera condicional.
Reconozco que me condicionan unas heridas que hacer de mi un ser sufridor y dolido, que tal vez da demasiado sin apenas recibir. Expreso mi intención de liberarme de mis cadenas a fin de abrir mi corazón. El amor – puesto que es el mejor remedio – me permitirá cambiar mis pensamientos y vivir mi libertad.
Aspiro a mi libertad tanto como aspiro al amor.”
Esta semana me he dado cuenta de que para poder vivir el amor desde un corazón libre, todavía queda por ajustar en mi una serie de cosas, miedos, creencias, que pensé que ya tenia ajustadas y superadas. He tenido la oportunidad de volver a sentir, y de pasar por la sensación de estar en una montaña rusa, algo que parecía que estaba adormecido en mi, y esa oportunidad también me ha servido para tener conciencia de lo que me queda por ajustar.
Doy gracias por la montaña rusa, doy gracias por esas sensaciones. Doy gracias por enseñarme a que siento. Y sobre todo, doy gracias porque a raíz de todo ello ahora tengo algo sobre que trabajar, porque decidí no escoger el camino fácil sino trabajar en lo que me toca.
Porque amar desde un corazón libre, es descubrir la mejor versión de uno mismo, y dejar que la otra persona también descubra la mejor versión de si mismo. Es dejar que la otra persona encuentre su propio camino, aunque eso signifique que no esté a tu lado…
Solo con un corazón libre encontramos el verdadero sentido del amor…
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