Hay momentos en la vida que por el motivo que sea perdemos nuestra conexión con lo divino. Momentos donde no sabemos cual es nuestro motivo de estar aqui, cual es el sentido de todo.

Me he dado cuenta de que en mi caso hay canciones que por más negro que parezca todo, me llevan de inmediato a ese sitio del cual todos hemos venido, esas canciones que hacen que mi alma baile…  Hay canciones que me llevan allí, a una sensación de conexión con todo el universo.

Creo que siempre he sido más de oír que de hablar, quizás porque ahora me doy cuenta de que los oídos me llevan más cerca.

Voy a ir compartiendo aquellas canciones que me hacen vibrar  en sintonia con el universo.

The whole of the moon (Waterboys, por Celtic Woman)

Yo imaginé un arco iris,
tú lo sujetaste en tus manos.
Yo tenía proyectos,
pero tú viste el plan.
Yo deambulé por el mundo durante años
pero tú simplemente te quedaste en tu habitación.
Yo vi la luna creciente,
(pero) tú viste toda la luna,
toda la luna.

Estabas allí en los tornos de entrada,
con el viento pisándote los talones,
te estiraste para alcanzar las estrellas,
y sabes cómo se siente
al llegar demasiado alto, demasiado lejos, demasiado pronto.
Viste toda la luna.

Yo estaba anclado en la tierra
mientras que tú llenabas los cielos.
Yo estaba estupefacto con la verdad,
tú atajaste entre las mentiras
Yo vi el vacío y solitario valle,
tú viste Brigadoon.
Yo vi la luna creciente,
tú viste toda la luna.

Yo hablaba de alas,
tú simplemente volaste.
Me preguntaba, suponía y lo intentaba,
tú simplemente lo supiste.
Yo suspiré,
pero tú te extasiaste.
Yo vi la luna creciente,
tú viste toda la luna,
toda la luna.

Con una linterna en tu bolsillo,
y el viento pisándote los talones,
subiste por la escalera
y sabes cómo se siente
al llegar demasiado alto, demasiado lejos, demasiado pronto.
Viste toda la luna,
toda la luna.

Unicornios y balas de cañon, palacios y muelles,
trompetas, torres y edificios de apartamentos,
grandes océanos llenos de lágrimas.
Banderas, trapos, transbordadores, cimitarras y bufandas.
Cada sueño y cada visión, preciosos bajo las estrellas.
Tú subiste por la escalera
con el viento en tus velas,
llegaste como un cometa,
haciendo resplandecer tu rastro,
demasiado alto, demasiado lejos, demasiado pronto,
viste toda la luna.